La salud geoambiental es una disciplina científico-técnica que se ocupa de la identificación de los diferentes factores de riesgo presentes en nuestro entorno. Estos factores, de origen geofísico, físicos, químicos y biológicos pueden afectar a nuestra salud cuando aparecen en edificios donde pasamos gran parte de nuestro tiempo, viviendas y espacios de trabajo.
Gran parte de las enfermedades que sufrimos hoy en día tienen su origen en nuestro entorno y se puede prevenir si lo cuidamos.
En nuestro entorno estamos sometidos a un gran número de agentes en pequeñas dosis de forma que su efecto es imperceptible para nuestros sentidos pero tienen un efecto acumulativo y a largo plazo perjudican nuestra salud. Esta contaminación invisible es lo que se denomina contaminación geoambiental. Aunque nos parezca mentira, en el interior de nuestras casas puede haber más tóxicos que en el exterior, vivamos en una ciudad o en el campo.
Estamos rodeados de tóxicos ambientales, contaminación electromagnética, procedente de las emisiones de telefonía móvil y de la electrificación de nuestros hogares y ciudades. Esta contaminación si bien cumple los límites establecidos por las autoridades no por ello deja de ocasionarnos un efecto en el organismo y a la larga puede acarrearnos problemas de salud.
Por otra parte, el lugar donde descansamos puede estar afectado por radiaciones naturales, originadas por la geofísica del lugar, variaciones del campo eléctrico o magnético terrestre, el gas radón, los efectos producidos por las aguas subterráneas o las conocidas redes naturales Hartmann o Curry, son agentes naturales pueden tener un efecto negativo en nuestra salud.
El estudio de todos los factores de riesgo que nos rodean nos orientará sobre el historial de exposición a factores de contaminación geoambiental de la persona y nos aporta un mayor conocimiento de su estado de salud y de los posibles riesgos. Esto cobra especial importancia cuando nos encontramos con trastornos del sistema nervioso, del sistema endocrino, sistema inmune o trastornos degenerativos. También en determinadas enfermedades emergentes como el SQM (sensibilidad química múltiple), síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, electrosensibilidad, todos ellos síndromes de sensibilización central.
Si proyectamos nuestras viviendas con criterios de sostenibilidad, bioconstrucción y protegiéndolas de todos estos posibles efectos adversos, conseguiremos vivir en una casa sana y que las personas puedan vivir más tiempo con un buen estado de salud y energía.
Desde Arquitectura Sana nos enfocamos en aportar información y asesoramiento a todas aquellas personas que quieran habitar espacios saludables, sostenibles y eficientes.